Rebeldes poetas y narradoras

El 8 de marzo emergió un oleaje de actividades conmemorando la lucha por los derechos de las mujeres. Las calles fueron tomadas por unas, y desde casa muchas más se unieron a las manifestaciones por medio de la virtualidad. Entre esos espacios, LibrObjeto Editorial reunió voces de escritoras mexicanas contemporáneas en un evento que encauzó el diálogo hacia temáticas relacionadas con violencia de género y ruptura de estereotipos.

Diana Ramírez Luna, directora de LibrObjeto Editorial, moderó las actividades y creó un ambiente de confianza entre las participantes. Se hicieron visibles diversas violencias que las escritoras han experimentado en carne propia, como la presión ejercida por una sociedad en búsqueda del cuerpo perfecto. Asimismo, las reflexiones ampliaron perspectivas respecto a los cuidados que nos debemos como mujeres de todas las edades, cuerpos e historias.

En la primera charla intervinieron poetas y cada una compartió fragmentos de su obra. Adriana Dorantes leyó “La casa”, texto inédito; “Espacios en blanco”, publicado en el número 55 de la revista Polen, edición marzo 2019; y «Retratos», incluido en Nido de poesía. Primera generación. De igual modo, añadió a la conversación las formas violentas en que hemos sido enemistadas con la comida y los ideales corporales que nos arrebatan la paz, la salud e incluso, la vida. América Trejo dio voz a “Si Dios fuera mujer crearía al mundo mientras cuida que no se le queme la comida”, “Las mujeres que fui”, y “abecedefege… ¡basta!”; a través de su poesía denunció los abusos en el plano doméstico, incrementados de forma alarmante durante el confinamiento, y expresó su particular lucha en contra de los mitos sobre lo que la mujer debería ser y hacer.  

Los discursos que deconstruyen imágenes tradicionales asociadas al género femenino se representaron en “Autorretrato con cemento”, “Domesticidades”, “Corporalidades” y “Mujercasa”, de Ariatna Gámez; estas creaciones guardan una peculiar fascinación de la autora por los orígenes metafóricos, la figura del hogar y el cuerpo femenino. A raíz de estas lecturas, emergió el tópico de las ancestras. En una línea de pensamiento similar, Alejandra Estrada  dio lectura a “12:05”, “Anciana”, “Orfandad” y “Mudez y danza de una mujer con miedo a su cuerpo y al silencio en la  sala de su casa”; poemas híbridos que acogen recuerdos amargos, deseos de vidas distintas, ausencias dolorosas, soledades violentas, miedo al porvenir incierto y rompe con lugares poéticos comunes asociados a lo femenino.

Las mujeres sabias continuaron haciendo su aparición, ahora en las voces de narradoras. Jessica Solano leyó “Brujas”, cuento incluido en la colección Huellas de miel. Abordó en sus palabras las representaciones históricas que construyeron imaginarios alrededor de las mujeres deseosas de conocimiento y la importancia de replantearnos estas creencias para dar un nuevo sentido a la figura de la chamana, la bruja, la sabia.

De la voz de Jazmín García escuchamos «Huellas», narración que forma parte de su libro Después del exilio, de próxima aparición bajo el sello LibrObjeto Editorial. La pluma de esta ingeniosa autora se mueve entre la ciencia ficción, el terror y el horror; ella se refirió al feminicidio como una realidad que horroriza y atribuyó sus escritos al miedo que experimenta a diario: “A mí me encantaría escribir de otras cosas [pero] es lo que vivo. El día que ya no escriba de eso [muerte, violencia] voy a ser la más feliz porque significa que ya no pasa, que ya no existe. Mientras siga ocurriendo, yo lo voy a seguir denunciando por medio de mis letras”.

Carmen García aportó datos imprescindibles para resignificar la imagen de las mujeres en la ciencia. Desde niñas estamos inmersas en una cultura que nos excluye de aquellos conocimientos que transgreden lo preestablecido: “¿Por qué somos pocas [en la comunidad científica]? Entonces empecé con ciertas actividades, ligado a mi interés personal por la escritura […] Hay muchas mujeres de las que no sabemos [y] que lo lograron [ser científicas]; [mientras investigaba] me encontré con muchas historias que ni siquiera yo conocía [hablando como ingeniera eléctrica]”. Posterior a ello, nos compartió “Fotografía 51. Rosalind Franklin”, narración que será publicada en Cuando soñé ser científica. Historias de mujeres en la ciencia, libro con fecha tentativa de lanzamiento para abril de este año y el cual también será cobijado por nuestro sello editorial.

Al final, en ambas colaboraciones fueron nombradas atrocidades cotidianas que desearíamos mantener sólo como ficción: desapariciones (físicas y discursivas), abusos, feminicidios; toda esa rabia nos mueve a exigir justicia desde más de una trinchera. De igual manera, se hizo mención de los mundos de la poesía y el cuento como medios de reivindicación para mujeres silenciadas por la historia universal. Porque nosotras también pensamos, creamos, sentimos, ardemos de enojo y deseamos más que la conformidad de una vida predestinada.

Lezlie Anahí Andrade Ruiz