Por Aidé Ríos
Había leído esta frase en los últimos meses pero no fue hasta que finalmente decidí salir de una relación de abuso que cobró aún más sentido…
En el último año la idea de divorcio era más recurrente en mi mente, la cual era frenada por el concepto de amor romántico: la concepción de que las cosas mejorarían y que nuestro amor lo superaría todo, y además de que era apenas nuestro segundo año de casados (como si eso debiera ser algo a considerar). Afortunadamente pudo más mi amor propio y el deseo de estar bien lo que me llevó a pedir una separación y finalmente el divorcio.
“Uno se casa por amor y se divorcia por amor propio”.
Me costó mucho trabajo identificar y aceptar la manipulación y violencia de la que estaba siendo víctima, me daba mucha vergüenza admitir que una mujer como yo se encontraba en una situación de este tipo. Una mujer que pese a tener independencia financiera y educación universitaria aguantaba el chantaje, la ira, la falta de empatía y el nulo cuidado de la persona que había prometido amarla y respetarla… No voy a entrar en mayores detalles porque no se trata de él si no de mí y de nosotras.
¿Qué sería de mí ahora sin mis amigas y sin el feminismo? No me atrevo a pensarlo ni quiero hacerlo. Estoy muy agradecida de cada uno de los consejos que mis amigas, mi hermana, mi mamá, su mamá y su expareja me dieron, de la fuerza que me infundieron, del apoyo cuando simplemente yo ya no podía más o de su sola presencia cuando era lo único y lo que más necesitaba. Estoy agradecida profundamente de poder haber escapado de un matrimonio que lejos de hacerme feliz me generaba ansiedad, inseguridad y una profunda tristeza. Ojalá todas tuvieran la misma suerte, desearía que así fuera siempre.
Ahora que me encuentro separada y en proceso de divorcio me siento liberada y mucho más feliz, he recuperado la paz y tranquilidad que no había tenido en años, porque sí, a veces terminar una relación es lo mejor que nos puede pasar y en mi caso ha sido así.
Nuevamente vuelvo a escribir por ustedes y para ustedes porque sin lugar a dudas creo que el amor de nuestra vida son nuestras amigas.